A partir de la red “Yo emprendo en mi Pueblo”, dos emprendedoras de Labordeboy y Murphy se conocieron y las oportunidades florecieron.
En un país donde la creatividad y la determinación son pilares fundamentales del espíritu emprendedor, cada conexión entre visionarios locales puede ser un paso hacia el crecimiento. En esta ocasión, desde la red de emprendedores «Yo Emprendo en Mi Pueblo», surgida a partir del programa Bienvenidos a mi Pueblo de la Fundación ES VICIS, emerge una historia inspiradora que ilustra el poder del encuentro y las alianzas para impulsar negocios locales.
Jorgelina Ávila, es emprendedora de Murphy y hace más de 10 años que tiene un negocio de estampado textil. Vanina Martinelli, vecina de Labordeboy, tiene un emprendimiento de tejido a crochet, “Colibrí”. Ambas se conocieron en el marco de las capacitaciones que la Fundación ES VICIS llevó adelante para emprendedores en noviembre y diciembre del año pasado, que derivaron en la formación de la red “Yo emprendo en mi pueblo”.
“Estabamos haciendo una actividad en la que nos dividían en salas y cada uno presentaba su emprendimiento y ahí me pidió el contacto Vanina”, comentó Jorgelina.
«En ese momento le pregunté cómo podía contactarme con ella porque estábamos buscando presupuesto de mochilas para el club del cual soy parte de la comisión. Ella me pasó su Facebook y allí nos comunicamos», relató Vanina.
Finalmente Vanina encargó 120 mochilas para el club. «Hace un muy buen trabajo», destacó y expresó su satisfacción por contribuir al emprendimiento de Jorgelina. Vanina destacó la importancia de participar en la red de emprendedores, donde los miembros pueden conocerse mutuamente y apoyarse.
“Abrir el abanico de oportunidades”
“Con la red de emprendedores hice varios contactos. He compartido datos de emprendedores de la red a gente que consulta por algún producto en especial o actividad y muchos han compartido los míos. Si bien no concreté otros trabajos fuera de las mochilas, sirve para abrir el abanico acá en la zona”, comentó Jorgelina.
Además, contó que participó del Taller de Financiamiento que dictó la SGR Resiliencia. “Después me contacté con la SGR Resiliencia. Si bien en este momento no reúno todos los requisitos para aplicar, dejé abierta la ventanita, que me puede servir a futuro, para dar un salto importante cuando hagamos el cambio de cara del local que tenemos previsto”, agregó.
«Espero que mi experiencia les sirva y así lleguemos a conocernos más entre todos y ayudarnos», concluyó Vanina, resaltando la importancia de compartir experiencias dentro de la red para fortalecer la comunidad emprendedora local.
Esta historia es solo un ejemplo del poder de las conexiones y colaboraciones que se pueden establecer dentro de la red «Yo Emprendo en Mi Pueblo», trascendiendo las fronteras de cada localidad, para impulsar el crecimiento y el éxito de los emprendimientos que se llevan adelante desde pequeños pueblos.